Disfruta del Tomate


El tomate es uno de los vegetales más cultivados. Aquí tienes algunas pistas sobre cómo cultivar una buena mata de tomates.
Los tomates deben ser plantados en un lugar donde le dé mucha luz. Leer más...

Necesitan mucha humedad.
El tomate crece bien en cualquier tipo de suelo, pero preferiblemente fértil, seco, y con un PH de en torno a 6.5.
La tierra del jardín puede ser mejorada añadiéndole estiércol, moho, y otros materiales orgánicos.
La mata perfecta de tomates debería tener entre quince y veinte centímetros de altura, color verde oscuro, con un tallo achaparrado y con unas raíces bien desarrolladas.
Para cada miembro de la familia, deberían plantarse ente tres y cinco matas para el consumo de temporada. Si además quieres almacenar para consumo posterior, necesitarás entre 5 y 10 plantas por persona.
Planta los tomates cuando el clima se temple un poco y la temperatura de la tierra sea de unos 16ºC, y la temperatura del aire no esté por debajo de los 7ºC por la noche.
Planta las matas preparadas un poco más profundo de lo que estaban en la maceta.
Cambia las plantas por la noche o en un día nublado.
El mantillo ayuda a parar el crecimiento de la hierba y la pérdida de agua de la tierra. Pon una capa de entre cinco y seis centímetros de material orgánico como abono, hojas, paja, hierba cortada, heno, periódicos o una capa de plástico rojo o negro en torno a las matas.
Los tomates se puede dejar crecer en el suelo, o sujetos con cañas. Si usas cañas, ponlas en el momento de la siembra. Conforme la planta va creciendo, átala a la caña sin apretar cada 30 centímetros, o enroscándola a su alrededor.
El tomate requiere al menos un par de centímetros de agua por semana durante Mayo y Junio, y cuatro o cinco durante Julio, Agosto y Septiembre. Riégalo una o dos veces por semana y hasta una profundidad de 30 a 45 centímetros.
Separa las plantas enanas separadas unos 30 centímetros aparte. Las plantas en caña deben estar separadas unos 30 a 45 centímetros.
Las hileras deben estar separadas entre un metro y metro y medio para las plantas en caña y metro veinte a metro ochenta para las que no estén en caña.
Un fertilizante 10-20-10 debería aplicarse en el momento de la siembra. Además, deberías aplicar un fertilizante entre las propias hileras también cuando los primeros frutos estén a 1/3 de su crecimiento total. Usa una o dos cucharadas por planta. Mézclalo con agua y échalo a la tierra, con cuidado de que el fertilizante no toque el follaje. Una segunda aplicación debería hacerse dos semanas después de que la fruta haya madurado por primera vez, y una tercera aplicación un mes después. Riega las plantas cuidadosamente después de fertilizar. Todos los fertilizantes deberían aplicarse sobre los 15 primeros centímetros de tierra.